jueves, 23 de agosto de 2012

Progres, cervezas y Frankenstein

Es tontería escribir nada aquí, ¿verdad? Me refiero a este blog, a cualquier blog en general, sobre todo si los lectores son españoles. Al fin y al cabo los seguidores y simpatizantes del Vikingo Macabro ya saben de las noticias, hechos y demás asuntos sobre los cuales escribo. Me dan la razón, asienten y saben que es lo que hay. Y los ciegos, botarates, progretas, imbéciles y demás escoria pululante por España que después de haber hundido y destrozado el país y amargado y jodido las vidas de millones y millones de personas, siguen con su cantinela progreta y con sus estúpideces integrales salidas de cerebros de boñiga, todos esos engendros, se les diga lo que se les diga y aunque se les ponga la realidad más real delante de sus putas narices, van a seguir con su gilipollez congénita y su venda eterna bailando al son del más imbécil. Así que, en definitiva, como aquí ya nadie tiene remedio, hablaré de lo que me salga de los cojones cuando me apetezca hablar, que cada vez seguramente será menos, y que lo lea el que quiera. Y el que no quiera que se masturbe con un estropajo o se ponga a lamer una foto de Zetaparo.

Aunque en realidad, al final, quienes más se interesan por leer lo que escribo son los mismos hijos de puta que destrozaron mi vida y me expulsaron de mi propio país demostrando su grandísima tolerancia y preocupación por los demás. Progretas, psoístas, hijos de mala madre, lo de siempre. Después de leer todo lo que yo escribo se echan las manos a la cabeza, se llaman o envían emails unos a otros y traman planes maquiavélicos para denunciarme ante sus más altas instancias progretas "matafascistas" y demás idioteces paridas por la eterna diarrea de sus neuronas. Yo les diría que se ahorraran el trabajo. Que en el país donde vivo hay libertad de expresión y tolerancia hacia todas las ideas y comentarios, no como en la podrida España. Si quieren perseguirme allá ellos, supongo que como viven donde viven, no tienen nada mejor que hacer al cabo del día. Y además, lo más seguro es que vivan del cuento, de sus pastositos papás o de las subvenciones paranoicas otorgadas a dedo a escorias humanas cuando Zetamierdoso se convirtió en dictador de un país de tontos profundos.

Bueno, me había sentado aquí con la idea de escribir algo sobre las cervezas que me tomé anoche con Frankenstein y con "el mierda", dos compañeros de trabajo, pero una vez más sólo pensar en los progretas me ha sacado de quicio y he desaprovechado dos párrafos. Pues sí, unas pintas de Foster's que estaban de puta madre, oferta especial de la casa, una libra cada una. A ver en qué lugar de ese país tan "barato" que es España se encuentra un precio de esa índole. Como "el mierda" no trabajaba al día siguiente decidió pillarse una buena cogorza. Lo de Frankenstein ya es algo habitual, trabaje o no trabaje a la siguiente jornada, él se etiliza hasta los más amplios extremos. Cuando le conocí todavía practicaba deporte y sólo bebía de uvas a peras, ahora se taja antes, durante y después de la jornada laboral, todo un campeón. Eso sí, por sorprendente que parezca, rinde como el que más, y siempre con una eterna sonrisa en la cara, lógicamente.

El otro día, por ejemplo, llegaba yo a mi puesto de trabajo para trabajar en horario de tarde y en los vestuarios me encontré con el tal Frankenstein, que trabajaba todo el día y estaba haciendo un pequeño paréntesis para sentar sus nalgas en el retrete. En cuanto me vio, me invitó a lo que se estaba cascando mientras defecaba, una botella de vodka a palo seco. No le hice el feo y me metí un par de taponcitos, al fin y al cabo yo iba a empezar la jornada. Él pasaba de taponcitos. Se estaba hincando la botella entera a morro y no precisamente a traguitos, sino con el típico glugluglu de quien bebe con auténtica sed. Pero es que fue acabarse la botella de vodka a tragazos y acto seguido se abrió una lata de medio litro de cerveza. Menudo tío.

Vaya post más caótico. Los progres me ponen de los nervios, quiero cambiar de tercio y hablar de las cervezas con "el mierda" y Frankenstein, y al final acabo por comentar las hazañas etílicas de este último. Yo creo que el plato de hígaditos con alubias que me estoy metiendo para desayunar me está afectando la mente. Por fortuna no tanto como a los progres, aunque lo de ésos es de nacimiento, así que lo mejor es no preocuparse y fusilarlos a todos directamente. No, en realidad son las no preocupaciones lo que hace que pueda hablar y escribir sobre lo que me sale de los cojones sin ningún tipo de pudor. Como no vivo en España y no tengo que soportar a un populacho imbécil, maleducado y anormal, y por supuesto no tengo que ver ni en pintura a ningún puto progre de mierda, pues estoy tranquilo y feliz. Y qué de puta madre estaban los higaditos por cierto, creo que ahora es momento para unas longanizas y abrirme la primera cerveza del día. Saludos a todos, lectores y no lectores. Total, da igual.
 
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